Todos los años es lo mismo en esta época: el deseo de felicidad y prosperidad para el año entrante.
Pero por diversas razones, hoy debemos desear otras cosas.
Es posible que los sucesivos cortes de luz padecidos en nuestras oficinas (jamás acontecidos antes con tanta frecuencia y duración), hayan disipado nuestro buen ánimo para recibir el año nuevo, pero no por ello queremos dejar de desearles y desearnos un buen 2014.
Pero en esta oportunidad, una abrumadora sensación de hartazgo nos obliga a desear cosas muy puntuales, como por ejemplo:
- Que la educación en Argentina vuelva a ser de excelencia.
- Que nuestros jueces sean valientes.
- Que el Estado cumpla con su función de proteger a los ciudadanos.
- Que las empresas que proveen servicios públicos deficientes indemnicen a los afectados.
- Que los empleados públicos ejerzan sus cargos con honradez y voluntad de servicio.
- Que los Hospitales públicos prioricen la atención a los ciudadanos argentinos, o por lo menos, si aceptan atender gratis a contingentes de extranjeros que cruzan las fronteras al sólo efecto de ser atendidos sin cargo, exijan el pago de esos servicios a sus países de origen.
O compensen, de alguna manera el costo; por ejemplo, con suministro de electricidad o cualquier otro rubro del comercio bilateral.
Esto no es más que una señal de respeto que el poder público debería exhibir ante quienes pagan impuestos.
- Que se cumpla con nuestra Constitución en todas sus partes.
Toda su letra.
Todos sus artículos.
Conviene repasarlos.
- Que se destierre el concepto de “militante” -que últimamente está muy de moda en todos los estratos políticos- No queremos en la función pública gente que cumpla directivas partidarias ciegamente.
Queremos personas que sepan discutir ideas y aportar soluciones, pensando en hacer honradamente su tarea en beneficio de los ciudadanos, y no en lograr espacios de poder.
(Militante es una palabra que proviene de “militar”, no nos olvidemos, cuya función es defender a los propios y atacar a los adversarios sin poder reflexionar).
La política es, por definición, todo lo contrario.
- Que quienes se oponen al gobierno tengan la honradez de disentir sin sabotear, porque el pueblo no debe ser rehén de los grupos políticos que luchan por el poder.
- En definitiva, lo que se le pide a toda la clase política es EJEMPLARIDAD, señores, ¡¡¡EJEMPLARIDAD!!!
Estos son nuestros deseos para el año que comienza.