Para que una riña o pelea, tanto sea física como verbal resulte suficiente para constituir una injuria impeditiva de la continuación laboral, resulta necesario demostrar que fue provocada por el trabajador a quien se pretende despedir.En la causa se encuentra acreditado que el actor agredió físicamente a su compañero de trabajo.
De declaraciones testimoniales obrantes en autos, no encuentro en modo alguno que los testigos den cuenta de que fue el accionante el promotor de la discusión o la riña, que diera causa al despido.
Los testigos propuestos por la parte demandada dieron cuenta de que nunca antes habían visto al actor agredir a un compañero de trabajo, de lo que entiendo que se trató de una situación esporádica y no de un trabajador con carácter violento, tal lo sostenido por la demandada.
Las circunstancias dadas, la ausencia de antecedentes del actor en episodios violentos y las demás particularidades del episodio, me persuaden de que la demandada pudo aplicar una sanción que no fuera la extrema como el despido, en la convicción de que el episodio careció de la gravedad que justificara la resolución del vínculo… Por ello, propongo revocar lo decidido en la instancia de grado, por lo que la demandada deberá abonar al actor las indemnizaciones derivadas del despido incausado.