Hemos leído que, en un novedoso fallo del 13-11-2008 in re "Almirón, Juan Manuel s/recurso de queja", la Cámara Nacional de Casación Penal confirmó un sobreseimiento por delito de evasión fiscal (Art.
1° de la ley 24.769) entendiendo que el imputado había recibido un equivocado consejo profesional de su contador.
Se confirmó así la sentencia de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Penal Económico, en la cual se sostuvo que, en materia tributaria, no puede presumirse que los contribuyentes conozcan todos los aspectos técnicos del Derecho Tributario sustantivo, sobre todo teniendo en cuenta la proliferación normativa en este ámbito, caracterizada por la falta de claridad, precisión y estabilidad.
Sobre esto queremos hablar.
Los abogados estamos bastante enloquecidos con la proliferación legislativa, que hace imprescindible la necesidad de estudiar todos los días los cambios – muchos de ellos profundos – de las normas que teníamos por inmutables.
Parece que cuando conocíamos las respuestas nos cambiaron las preguntas.
No combato ni cuestiono el cambio, porque muchas veces es positivo.
Lo que preocupa es la rapidez con que sucede.
Esa rapidez, en muchos casos creo que atenta contra la seguridad jurídica y genera litigiosidad y confusión.
Dejan de ser claras las reglas de juego.
Como abogada lo sufro, pero a quienes realmente compadezco es a los contadores.
Ellos llevan la peor parte.
Cualquiera que lea cotidianamente el Boletín Oficial, que desde el año 2005 puede hacerlo gratuitamente ingresando a la página institucional del mismo, puede observar con espanto todos los días, las normas cambiantes que dicta la Administración Federal de Ingresos Públicos.
No creo que ningún profesional contable pueda estar siempre al día.
Internet, a través de la página institucional de AFIP, significa una buena ayuda, pero no es suficiente.
Creo que todas las autoridades con ingerencia en el tema debieran tener muy presente lo dicho – con claridad meridiana -por la Justicia y bregar por una completa y real seguridad jurídica .-