El procedimiento relativo a la inspección de ascensores en la Ciudad de Buenos Aires (concretamente la Res.
594/2009 AGC) es otra muestra de la ineptitud histórica mostrada por la Ciudad para hacer cumplir las normas que ella misma impone.
Otro ejemplo de la tendencia a desligarse de sus obligaciones, es la ley 257, donde se invierte la carga de la prueba: en lugar de controlar la Ciudad que los edificios cumplan con el mantenimiento edilicio, obliga a los propietarios a pagar un informe técnico que indique que tienen el frente en regla.
Sería como exigirle a cada ciudadano contar con un certificado que pruebe que no es un delincuente.
En el caso de esta nueva disposición que comentamos, ocurre algo muy similar: Leemos que en el artículo 3º se dispone que "...
incumplida la obligación del Conservador de la Instalación de presentarse ante el Departamento de Elevadores, [...] [el consorcio] deberá designar a un profesional independiente a fin de ejercer la representación técnica del mismo, evaluar el estado de la instalación, adecuar la misma a la reglamentación vigente..." Es decir, que un incumplimiento de la empresa conservadora controlada por la ciudad, generará gastos para el Consorcio.
La ciudad se olvida que cobra impuestos para ejercer los controles necesarios, no los hace y los delega en quienes pagan por ese servicio.
Algo verdaderamente insólito.
En lugar de cargar sobre las espaldas de los consorcistas más obligaciones, la Ciudad debería inspeccionar debidamente las obras e instalaciones existentes empleando parte del ejército de empleados y funcionarios de que dispone.
Recientemente, en una reunión pública organizada por las propias autoridades de la Ciudad, se confesó que para controlar toda la Ciudad de Buenos Aires, sólo existen poco más de DIEZ inspectores de ascensores.
Por lo cual, la ciudadanía se pregunta: ¿Qué hacen los cientos de miles de agentes que sostenemos con nuestros impuestos? Sólo resta recordar que cuando asumió el nuevo gobierno de la ciudad autónoma, debió hacer una "encuesta" para saber con cuántos empleados y funcionarios contaba.
Huelgan más comentarios.