Entre otros temas que preocupan y angustian, la inseguridad y el delito está entre los primeros.
Nadie resulta indemne a este flagelo. Casi todos han sufrido, han visto o conocido algún episodio delictivo. En algunos casos hubo irreparable pérdida de vidas . Se observa en todos los rincones de la República Argentina, pero con mayor incidencia en las ciudades. No escapa a ello la propiedad horizontal.
Cuál es la causa?
Hay muchas concausas, autóctonas muchas, importadas otras.
La insufrible pobreza que desde hace mucho tiempo soportamos en el país, la desocupación, la marginalidad, el fácil acceso a armas de fuego, el consumo de diversas drogas o medicamentos que generan adicciones y consiguiente falta de frenos inhibitorios y de conciencia de la criminalidad del acto, la falta total de principios de las personas y de códigos de conducta que hasta los criminales tenían (el que robaba no mataba), el consumismo que predica falsamente el tanto tienes tanto vales, la falta de ejemplos a seguir, confundir éxito con prestigio...
Qué hacer?
La educación, la salud, la vigilancia sanitaria, la ayuda humanitaria económica y alimentaria, el legítimo control disuasivo de las fuerzas del orden, la vivienda digna para todos, son pautas a las que debe proveer el Estado (nacional, provincial y municipal en su distintas incumbencias) pero... qué podemos hacer los consorcistas?
Estar atentos, ayudar al que lo necesita por razones de salud o pérdida de trabajo, organizar un grupo de mails o de whatsapp para dar a conocer novedades que impliquen riesgos de seguridad, cuidar la puerta de entrada al consocio cuando llegan productos o servicios, controlar el funcionamiento permanente de una luz en cada pasillo y hall de entrada, posibilitar la instalación de un botón de alarma en cada piso, no dar ingreso al consorcio desde el portero eléctrico de la unidad funcional si no se tiene certeza de quién tocó el timbre, no permitir el ingreso de desconocidos cuando se sale o entra al edificio, entre otras conductas que pueda sugerir la Administración o el Consejo de Propietarios, si el mismo existe en el consorcio.
Muchas veces estas actitudes han sido valiosas y de resguardo. El secreto tal vez sea ponerlas en práctica.