Contenido para:
Todo el país

Soledad y Alienación en los Edificios de Propiedad Horizontal

23779 personas leyeron esto
14 comentaron al pie
Versión para imprimir
Publicado el
Escribe


Ponencia del Dr.
Osvaldo Loisi dada en el marco del
XX Congreso Argentino de Logoterapia
el 14 de Septiembre de 2007
en la Universidad del Museo Social Argentino



Recuerde que si el video no se ha cargado completamente se verá entrecortado.
Duración de la VideoSesión: 08:23 minutos
Tamaño del archivo: 09,34 MB


Descargar texto completo en archivo .pdf


Quisiera mencionar las experiencias recogidas en la Fundación que presido, “Liga del Consorcista de la Propiedad Horizontal”, con motivo de haber cumplido más de una década en la prestación de un servicio de orientación jurídica que hemos venido brindando en forma ininterrumpida, dirigido a las personas que viven o trabajan en edificios de Propiedad Horizontal.


Brevemente, cabe mencionar que la Propiedad Horizontal es el sistema legal que hace posible dividir un edificio por pisos, para poder venderlos fraccionadamente.
Este régimen, instituido en Argentina en el año 1948, derogó la antigua tradición del Derecho Romano según la cual la propiedad del suelo se extendía sin límites en sentido vertical (hasta el cielo y el infierno, se decía) sin poder fraccionarse.
Es decir, que un edificio, por más alto que fuere, no podía pertenecer a varios dueños superpuestos.
El propietario de un terreno lo era necesariamente de todo lo plantado y edificado en él.


Hasta entonces, abundaban en Argentina los edificios de inquilinatos llamados vulgarmente “conventillos”, donde se hacinaban multitud de familias, la mayoría inmigrantes provenientes de ultramar, atraídas por la abundante necesidad de mano de obra que el país de entonces necesitaba.
Esa ley vino a popularizar enormemente la propiedad privada y a cambiar en gran medida la geografía de las ciudades, que comenzaron a crecer hacia arriba, poblándose de edificios cada vez más altos.


No obstante y más allá de las evidentes ventajas socioeconómicas del nuevo régimen, a través del tiempo, comenzaron a aparecer ciertos efectos negativos.
Sobre todo en sus aspectos humanos.
Debemos señalar que la convivencia en esos edificios es, por lo general, bastante precaria y con mucha frecuencia se advierte en ellos una carencia casi absoluta de sentido comunitario de sus moradores.
Claro que desde el punto de vista del mercado de la vivienda y los negocios inmobiliarios, el hecho aparece como menor, pero existe una realidad que no puede soslayarse: faltan genuinas relaciones de vecindad.


Salvo raras excepciones, las personas que viven en departamentos, pese a hacerlo bajo un mismo techo, sobre un mismo terreno y encontrarse diariamente en ascensores y pasillos, no se conocen, entre sí, no se tratan, ni conviven en el sentido humano de la palabra.
Curiosamente, aunque se supone que esas circunstancias debieran ser motivo de acercamiento, en la realidad cotidiana ello no se verifica.


El fenómeno en sí mismo carecería de gran trascendencia, si no fuera por los efectos nocivos que produce en ciertas personas que habitan solas y carecen de una vida activa debido a su edad avanzada, impedimentos físicos u otras razones.
Aquí se da la paradoja de que la encomiable independencia que el régimen ofrecía, se transforma en la práctica en un factor de incomunicación, que bajo determinadas condiciones, desemboca en alienación.


A través del ejercicio diario de la consulta hemos verificado que existe aproximadamente un diez por ciento de individuos que detrás de supuestos problemas legales, revelan padecer de una cierta patología originada en la coexistencia en esos edificios, que aún no ha llamado suficientemente la atención de la comunidad científica.


La persona que vive sola, en una casa de campo o de ciudad, se siente dueña de la tierra que pisa y del cielo que la cubre.
Se siente señora de su soledad.
La invade el silencio y la ausencia de límites, y ello constituye en general un estímulo a su actividad, física o mental.
Su aislamiento lo percibe como un espacio que ella debe llenar.


Distinta es la situación de quien vive en departamento.
Está sometido a multitud de pequeños o grandes ruidos, olores, voces o músicas, que le recuerdan la existencia de personas que viven y conviven bajo sus pies o sobre su cabeza, o pared por medio; ajetreo humano del que se encuentra excluído físicamente.


Vale decir que no la invaden el espacio ni la soledad, sino las huellas de una coexistencia ajena de la cual se encuentra escindida.
Fragmentos de vida humana que él o ella no pueden compartir.
Entonces, las paredes y los pisos dejan en cierta medida de funcionar como tales, para convertirse en limitaciones a su vitalidad.
Algo bastante semejante a una prisión.
No debe olvidarse que condición esencial al nacimiento de cualquier convivencia sana, es la espontaneidad, que es favorecida por la ausencia de límites entre las personas.
Pero cuando los límites preceden al encuentro, ninguna convivencia es posible.
Entonces sobreviene indefectiblemente la sensación de incomunicación.
Ese es el secreto drama de la Propiedad Horizontal.


Así lo vivencian los ancianos que han debido abandonar la casa grande, luego del alejamiento de los hijos, o los jubilados, que luego de una rutina de toda una vida deben dejar de trabajar.
O los pensionados, que han perdido al cónyuge.
O quienes por impedimentos físicos están obligados a guardar reposo.
Allá afuera, muros afuera, la convivencia humana existe.
Se escuchan quedamente las voces o ruidos que denotan el bullir de la vida cotidiana.
Sólo que él o ella, no tienen acceso ni participación.
Esa es la sensación, la vivencia interior de esos seres para quienes independencia puede llegar a significar aislamiento y alienación.


Sin pretender aquí proponer soluciones, por exceder el marco de estas líneas, brevemente describiremos algunas de las perturbaciones anotadas.
Se advierte una gran desvalorización interior que el individuo sufre y que por todos los medios, tratará de compensar.
Sea exagerando sus reclamos al consorcio o a sus vecinos, sea llamando la atención de éstos acerca de su importancia o habilidades.
Extralimitándose en el uso de la palabra en las asambleas, o en el peor de los casos, imaginándose víctima de conductas hostiles por parte de los demás.
Es en este estadio donde comienza, naturalmente, el estado de alienación.


A veces, esta última derivación llega a desembocar en verdaderos procesos judiciales.
Usualmente penosos en razón de ignorarse sus reales motivaciones psicológicas.
Lo cual suele ponerse en evidencia durante las audiencias de conciliación, durante las cuales los jueces intentan dar finiquito a la controversia.
El individuo se aferra tenazmente al problema, oponiéndose a cualquier solución.


Con mucha frecuencia, detrás de una demanda por daños, por ejemplo, se persigue en realidad un propósito de escarnio a la contraparte, de exaltación del propio ego, o incluso de autocastigo.
Lamentablemente nuestros tribunales no han advertido aún la importancia de contar con asesores psicológicos de oficio para deslindar ese tipo de perturbaciones que en ciertos procesos, extienden su duración estérilmente durante años sin motivos aparentes.


Cuesta creer que al diseñar aquella ley, los legisladores de entonces no hayan previsto la necesidad de esos edificios de contar obligatoriamente con un espacio de reunión y esparcimiento de sus moradores, del mismo modo como previeron una vivienda destinada a la portería.


Por fortuna, muchas nuevas construcciones, a instancias del propio mercado, prevén la necesidad de construir en esos edificios un salón de usos múltiples que de cierta manera abre la posibilidad de fomentar en ellos algún tipo de actividad social y la posibilidad de trabar relaciones humanas saludables.
Pero la mayoría de las construcciones de cierta antigüedad carecen de esas facilidades.


Es de esperar que una futura reforma del régimen de propiedad horizontal tome en cuenta los fenómenos apuntados y de alguna manera estimule en aquellos conglomerados humanos la educación para la convivencia participativa.


Pero no basta con eso.
La ley puede dar un marco adecuado.
Todas las técnicas, en este caso, la legislativa, son vías más o menos apropiadas.
Pero los problemas de los seres humanos se solucionan con la acción de otros seres humanos, porque todos sabemos que la peor ley puede funcionar perfectamente en cualquier comunidad cuando existen inteligencia y buena voluntad en quienes deben aplicarla.
Y viceversa: la mejor ley no alcanza cuando falla el elemento humano.


Pero en rigor de verdad, tampoco alcanzan la inteligencia y la buena voluntad.
Es necesario aún otra cosa: el sentido, que como la brújula del barco puede llevar los mejores esfuerzos a buen puerto o al desastre.
En el caso concreto de la soledad y la incomunicación que abunda en los consorcios, la clave es revertir la común tendencia a considerarnos pasivos ante la vida.
Y en este tema, debemos rendir homenaje al maestro de Viena, fundador de la tercera escuela de psicoterapia: el Dr.
Víctor Frankl, que hoy nos convoca.


Víctor Frankl fue el titán espiritual de un movimiento que se atrevió a derribar las puertas de las torres de cristal en las cuales tradicionalmente se enclaustran los investigadores del alma.
Frankl hizo de la psicoterapia, no sólo una disciplina, sino una misión.
Por eso convoca, como un nuevo evangelio, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad a realizar la gran obra que llevará la paz a un mundo convulsionado, que vaga sin sentido hacia el escape y la fuga del yo.
¿Qué otra cosa si no, son las drogas, el ruido, el consumismo y la banalización de las costumbres que hoy asolan a la sociedad tecnológica?


Frente a los problemas anotados, es necesario que “el hombre que está solo y espera”, del que hablaba Raúl Scalabrini Ortiz, llegue a saber que puede llenar de sentido su soledad simplemente adoptando lo que Frankl llama “logoactitud”.
Que le enseña que su misión en este mundo no es la de espectador, sino la de actor.
El sentido es como una construcción.
No importan los materiales para edificarla.
Cualquier cosa que tengamos a mano puede y debe encontrar su lugar específico dentro de un conjunto cuyo orden no lo da la materia sino que es fruto del espíritu.
Las peores condiciones pueden servir de semillero a los más grandes emprendimientos.
Emilio Salgari, el creador del famoso personaje “Sandokan, el Tigre de la Malasia”, nunca salió de su Italia natal.
Y la gran Hellen Keller, ciega, sorda y muda de nacimiento, recorrió el mundo dando conferencias a favor de los discapacitados.
¿Dónde está el secreto, entonces, de lo que llamamos éxito o fracaso, sino en el espíritu?


Frankl enseña sabiamente que cualquier cosa puede ser estímulo suficiente para encontrar el sentido de la existencia.
A veces será un libro, otras, una palabra reconfortante.
La vida no debe ser justificada.
Es en sí misma una finalidad, un propósito, una razón.
La manifestación más genuina del amor.

® Liga del Consorcista

Tags: propiedad horizontal, Conflictos Generales de Vecindad, De Interés General para la Familia Urbana, De Interés General para la Familia Urbana, De Interés General para la Familia Urbana, De Interés General para la Familia Urbana,

Comentarios

publicado el 1-10-2011

Go on that direction and I believe that you will get an award, because students buy essays and my friends want buy research papers or brilliant data like this topic.

publicado el 13-9-2011

Some specialists claim that loan help a lot of people to live the way they want, just because they are able to feel free to buy necessary stuff. Furthermore, banks offer small business loan for different classes of people.

publicado el 14-9-2008

Gracias Gerardo por la info! Supongo que te referís a la película [REC] del 2007 (http://www.imdb.com/title/tt1038988/). Un poco fuerte, pero muy buena, como el cine español sabe ser muchas veces. Al que le gustó ésa tal vez les interese saber que Hollywood está sacando su versión para el público norteamericano, en inglés, llamada Quarantine, y que está esperada acá en Argentina a fines de Octubre de este año. (http://www.imdb.com/title/tt1082868/). Personalmente prefiero el cine europeo al norteamericano. Aparte los remakes no suelen ser mejores que los originales. Saludos desde San Carlos de Bariloche.

publicado el 14-9-2008

Ángela, una joven reportera de televisión, y su cámara hacen un reportaje sobre el colectivo profesional de bomberos. Lo que parece una noche tranquila se convierte en una pesadilla cuando los acompañan en lo que parece una salida rutinaria. En el interior de un edificio, bomberos y equipo de televisión tienen que hacer frente a algo extraño que se extiende por el inmueble. Pero ya es tarde para salir. La salida de la construcción ha sido bloqueada por las autoridades, que la han puesto en cuarentena por la propagación de un extraño virus en su interior. Ese virus del que se habla se va contagiando de una persona a otra mediante el contacto bucal (se transmite por la saliva). Este virus hace que las personas se vuelvan locas de ira, atacando al que se acerque, mordiendo para devorarle. Co-dirigido por Jaume Balagueró y Paco Plaza y rodado como falso documental, en Barcelona, en el número 34 de la Rambla Catalunya. Ha sido realizada bajo el más absoluto secretismo, utilizando para el rodaje cámaras digitales de alta definición y con móviles de última generación para narrar la historia en tiempo real. El presupuesto del filme fue de 1,5 millones de euros. Premios Festival Internacional de Cine de Cataluña 2007 Mejor director Ganadores 2007 Mejor actriz Ganadora 2007 Mejor película Ganadora Premios Goya 2007 Manuela Velasco Ganadora 2007 Mejor montaje Ganador 2007 Mejores efectos especiales Candidatos Trailer

publicado el 12-9-2008

Lamento mucho, amigo Gerardo, porque su comentario: "¿Qué tiene que ver las características constructivas con el régimen de la propiedad horizontal?" regfleja claramente que Ud no a sabido interpretar el mensaje del Dr, Aloisi en su conjunto.

publicado el 19-4-2008

Estoy en un todo de acuerdo en la opinión vertida sobre los Administradores y porteros de edificios (que se convierten en virtuales dueños) y la complicidad entre ambas figuras. En mi caso particular hace 4 años que instalaron una chicharra en el ascensor a instancias del portero porque según textuales palabras "no pienso ir por los pisos cuando el ascensor queda abierto". En consecuencia la chicharra de volumen muy alto suena a cualquier hora (3, 4, 5,6 de la mañana) porque la gente joven realiza fiestas con amigos o durante las mudanzas, nunca se apaga, invadiendo el silencio que era una de las virtudes del edificio y provocando(me) el despertar y desvelo de muchos de los vecinos. El portero es alcóholico y el Administrador no quiere meterse en problemas con el sindicato. El tema es que el Administrador es prácticamente inamovible porque solo una pequeña porción de los propietarios acude a las reuniones de consorcio y la mayoría son inquilinos. Un problema absolutamente injusto, en el que no visualizo una solución de corto plazo. Remodelé y reciclé mi departamento con mucho esfuerzo a lo largo de los años para un mejor vivir y me veo afectada por un problema externo.

publicado el 23-3-2008

publicado el 13-10-2007

Me impactó realmente el tema de la soledad y alienación de las personas, que viven rodeadas de ruido y voces en el afuera y se sienten solas, encerradas entre los muros de sus departamentos, excluídas del contacto con los otros, desprovistas de verdaderos contactos humanos, que al decir de Pichon Riviere ( las personas somos una red de vínculos )nos hace pensar, como muy bien dice el Dr. Loisi, en las patologías, que esta soledad engendra , especialmente en las personas mayores, que al perder familia, amigos, trabajos, son abandonadas por esta sociedad posmoderna, que glorifica le juventud, el éxito, la economía, la moda y donde los ancianos pasan a ser descartables, sin valorar la experiencia de vida, que es algo que no puede comprarse. Solo vivirse y de paso recordar a Heideguer cuando sostiene que los seres humanos somos solo tiempo.Felicito al Dr. porque además de la parte material que el tema tiene ( y de la cual soy ignorante), gracias a los Dioses que me han permitido viir en una casa muy grande, hermosa y en un barrio rodeado de naturaleza, se ocupe de este tema tan doloroso y humano.Desde luego, que el tema me conmueve profesional y humanmente porque soy psicóloga. Gracias Dr. Su aporte es muy valioso.

publicado el 27-9-2007

Muy bueno lo expuesto por el Dr. Loisi, también comparto algunos de los comentarios hechos. Vivo en un edificio de 88 unidades funcionales, hasta hace un par de años nos conocíamos todos, pero después comenzó el éxodo y hoy hay muchas caras nuevas que mayormente no contestan el saludo en el ascensor o la puerta de entrada. La sociedad hoy día está separada, desconfiada, cada vez hay más rejas, más cerraduras, nos miramos con recelo. Nos aislamos y aislamos al vecino. No es raro este síndrome del que habla el Dr.Loisi. Soy Administradora de consorcios desde hace bastante tiempo y una de mis preocupaciones es conocer a cada uno de los copropietarios, hablar con ellos no solo de los problemas del edificio sino también prestarles el oído para otros problemas, no es una tarea fácil y a veces no lo logro, porque hay gente que se aisla sola. Normalmente tengo muy buena relación con la mayoría de los copropietarios por este motivo ya que se sienten atendidos, escuchados. No digo que es una obligación del administrador, eso depende de la clase de personalidad que cada uno tenga, pero mi experiencia me dice que es bueno hacerlo. Alicia Miniero

publicado el 26-9-2007

Es como si dijéramos soledad en Do Mayor. La nota es perfecta y claro está que podemos añadir una larguísima lista de causas y motivos. El individuo de las megalópolis es esencialmente un individuo que vive en soledad. Destrucción de la familia, comprimida en Unidades PH de altísimo costo y de miserables imposiciones antivitales. Nada más que salir de un ascensor en muchos edificios y encontrarse solo en un "pasillo" de 30 m de largo flanqueado de puertas anónimas produce terror. No creo que se arregle con un SUM. He conocido consorcios de 5 o 6 pisos de seis Unidades en que los ocupantes se invitaban unos a otros, a tomar el te, o cenar o mirar TV, jugar a las cartas, etc. etc. Pero quien puede comprar el día de hoy un piso de 100 m2 o más salvo que sea un "político activo" cuestión que todos conocemos muy bien y no es el momento de comentar. De manera tal que el problema se complica no sólo con los porteros y administradores sino también con la destrucción del sistema financiero. Lo ideal serían PH de no más de quince unidades, situación prohibitiva por motivo de expensas y valores venales. Para añadir algo más y no sin termiar, es importante el nivel parejo de inquietudes del grupo consorcista, sin profundizar en cuestiones de "discriminación". Vivimos entre extraños, que se mudan y aparecen con mucha rapidez, en ciudades cada vez más extrañas, en las cuales para mayor gravedad ha desaparecido el "barrio" y el almacenero de la esquina. Ahora hay guardia armada y casas enrejadas y un silencio de muerte. Y aveces la muerte es real, como pasa hasta en los countries, que en definitiva también son PH. Y no conviene entrar en el tema de la planificación de las Ciudades, en la "invasiön de vistas, cielo y luz del sol. Diría que la soledad ya es lo de menos. Viejo o joven hay que intentar vivir en una Unidad de uno o dos ambientes, que "ilumina y ventila" a un tercer patio, tubo oscuro, mugriento, maloliente y la más de las veces ruidoso. Como un apunte más y sólo como diagnóstico está la cuestión de si la VIVIENDA debe someterse a las generales de la ley de los "negocios inmobiliarios" o debe ser un servicio bien regulado por un Estado, que debe empezar por existir. ¿Quien se atreve a acertar con el remedio?

publicado el 25-9-2007

Creo que si bien hay más problemas que el mencionado en esta nota, como indica el usuario anónimo del comentario #1, el artículo apunta a ese tema puntual. En mi opinión adecuadamente. Soy psicóloga recibida en el año 1985, y ejerzo desde entonces, y coincido plenamente con el Dr. Loisi: hay mucha gente con patologías, mezcladas con los reclamos serios y reales. También coincido en que habría que crear espacios para las reuniones asamblearias, creo que es fundamental. Parte del problema de las Asambleas es que éstas se hacen en la mayoría de los casos, en un pasillo chico, sin buena iluminación, de parado, con frío, recibiendo interrupciones de los que entrany salen del edificio... Para mí tiene muchísimo que ver con el problema de la incomunicación. Aparte, si obligan a las constructoras a ampliar la vivienda del encargado como si tal cosa, bien podrían determinar la necesidad de construcción de un piso exclusivo para reuniones! También coincido con el comentario de la Lic. Liliana Hisse, que me parece muy acertado. Me gustaría ver temas como éste tratados más seguido. Saludos y gracias, Mónica G.

publicado el 24-9-2007

Dr Loisi: Me ha impresionado gratamente el tema que han seleccionado ya que trasciende los meros problemas de expensas, administrador, encargado, etc. Si bien han centrado los problemas que genera este tipo de relación que se da en los edificios de propiedad horizontal, especialmente en las personas que viven solas, yo lo extendería a todas las personas que viven en él. Hay ciertos mitos y creencias sobre lo que es respeto a la vida privada o la mal concebida discresión, que puede uno estar escuchando los golpes que un adulto esté ejerciendo sobre su hijo, y seguir permaneciendo en la indiferencia. No somos concientes de lo bien que podríamos hacer si se nos percibiera como un límite o barrera de contención, que nos tengan incorporados como un "otro" que ve, escucha, siente, piensa, y también se "compromete". En cuanto a las personas que viven solas, abundan los estudios acerca del soporte para la salud mental y física que representan las redes familiares y sociales (Slutzki, Zukerfeld). Un problema para estas personas tiene un impacto diferente que para los que viven en un grupo familiar, ya que no tienen la posibilidad de discutirlo en la cotidianeidad con nadie. Lamentablemente los únicos ámbitos para el encuentro son las Asambleas, convocadas para balances anuales o temas de emergencia como la rotura de algún caño. Estos ámbitos son excluyentes de la necesidad de intercambiar acerca de otras problemáticas o cuestiones de la convivencia. No estaría nada mal proponer Reuniones de Vecinos para tratar todos los otros temas que no entran en una Asamblea. Todo dependerá del interés común y del de cada uno de los vecinos, proceso que también habrá que ir trabajándolo. Considero que este campo, el de la convivencia en estas condiciones de vida, merece el esfuerzo de seguir pensando e intentando los cambios necesarios para una mejor calidad de vida, sentido de pertenencia y de comunidad. Saluda atentamente Lic Liliana Hisse

publicado el 24-9-2007

"Cuesta creer que al diseñar aquella ley, los legisladores de entonces no hayan previsto la necesidad de esos edificios de contar obligatoriamente con un espacio de reunión y esparcimiento de sus moradores, del mismo modo como previeron una vivienda destinada a la portería." Pregunto: ¿Qué tiene que ver las características constructivas con el régimen de la propiedad horizontal? Atentamente, GA (un [email protected])

publicado el 24-9-2007

Puede ser que algunas personas solas sufran esa patología, pero en los edificios también hay gente que no sufre por ahora la soledad, pero sí el infortunio de padecer a los que se adueñan de los edificios y hacen lo que quieren a costa de los bolsillos del resto. Concretamente hablo de los Administradores, los delegados de torre que no son representantes, porque nadie los vota, salen quizás con menos del 10% y porque se ofrecieron, en Asambleas donde no va nada más que ese 10% y sobre todo los porteros, a los que nadie puede decir nada porque por todo hacen juicio, por lo que, los Administradores protegen o no se meten para que no les boicoteen el trabajo. En una palabra, el sistema es mucho más duro de lo que Ud. desarrolla. Y no hay una instancia legal verdadera que organice la vida en PH. Todo lo que hay son solo títulos o parcialidades y "abogados mediadores". Atte.

Quieres opinar sobre este tema?

No estás registrado o no ingresaste con tu usuario y clave, si no te logueás tu comentario aparecerá como anónimo y no será publicado hasta que no sea aprobado por un moderador  registrarme | ingresar
Este espacio no está destinado a consultas sino a comentarios y opiniones de los lectores. Los autores no responderán las consultas vertidas en esta área. Para consultarnos, sírvase ingresar aquí
caracteres restantes.
Si el comentario es publicitario, grosero o injuriante será eliminado
SUSCRIPCIÓN GRATUITA
Todas las novedades en Propiedad Horizontal